Un regreso más.

Amor en la lucha.Tres años han pasado desde el último texto que escribí para este blog. Cientos de cosas pasaron en aquel momento que me llevaron a separarme de la escritura y ahora es un excelente momento para retomarla. Este momento en el cual vivimos lo considero como uno de los momentos más emocionantes de la historia. De Chile a Japón, todos comenzamos a unirnos para derrocar un sistema destinado a la destrucción, diseñado a arrastrarnos con él. Y querido lector, esto es más preocupante de lo que usted se imagina. La información sacada a la luz nos dice que para el 2050 los recursos de la tierra se estarán agotando, lo cual sólo nos llevara a la destrucción del ser humano y, jugando a ser extremistas, quizas de nuestro planeta.

Pero por que creo que es emocionante este momento. En tiempos recientes ha existido un despertar en la conciencia del Ser Humano. Ahora hay cada vez más gente despertando y abriendo los ojos hacia los hechos que nos rodean. Pobreza, guerras, fraudes, engaños, desigualdad, asesinatos masivos… todo consecuencia de un solo elemento. Un elemento abstracto que realmente no existe (y dicen que la libertad es una utopía); este elemento es el dinero. Han transformado nuestra sociedad y nuestro entorno en algo dependiente por completo del dinero. Ya no existe para nosotros, si no que nosotros existimos para el. Es nuestro nuevo dios y si no lo alabamos somos infieles, terroristas o webones.

Ahora, más que nunca, los movimientos en contra del capital se están fortaleciendo. Ya no queremos una sociedad de poder basada en la propiedad. Es hora de renunciar a todo esto y luchar por lo que verdaderamente debería de importarnos como humanos: el amor, la felicidad y nuestro desarrollo humano. En concreto, la plenitud total de nuestra mente, de nuestra especie y todas las que nos acompañan en este viaje. ¿Cómo hacerlo? ¿Cuál es la respuesta? En próximos posts estaré profundizando en esto, ya que ahora se me acaba el tiempo (la bronca de ser esclavo).

«Por Una Educación Que nos Enseñe Ⓐ Pensar y No Ⓐ Obedecer»

Deja un comentario